En el discurso amoroso nunca hay dos solamente: se habla en presencia de fantasmas, se despliegan palabras en torno a sucesos pasados, el misterio del vocablo presente encierra un sinfín de sucesos velados que se mantienen secretos en el limbo de lenguaje. Pablo Mackenna escudriña en ese limbo y regresa con Cuesta arriba, cuesta abajo libro en el que presenciamos una escritura que nos propone un texto desolador y al mismo tiempo elocuente en el que el encuentro de los amantes supone un fin próximo. Ya Bataille nos hablaba sobre lo lujoso de la muerte en una escena que yacen dos cuerpos: muero en ti y prolongo así mi infinitud, sin ti soy solo un ser finito. En Cuesta arriba, cuesta abajo nuestro hablante desemboca en el cuerpo de la amada con una lengua que es músculo y uso del lenguaje como una localidad donde se celebra con regocijo y lamento su muerte. El texto se convierte así en un lugar donde la palabra vive y mata simultáneamente. Lo mismo el cuerpo de la amada, donde el autor permite la paradoja de que habiten en él sus vocablos ya muertos. Es así como Mackenna construye un bello e inquietante libro en el límite de lo que vive y lo que muere. Sus palabras esquirlas pasan por arriba o pasan por abajo del lector, envolviéndolo, mientras la vida y la poesía continúan, el amor, quizás.
Cuesta Arriba, Cuesta Abajo
$4.900
Autor: MACKENNA, PABLO, 1969-
Editorial: PEHUEN
Páginas: 56
Año publicación: 2013
1 disponibles
Descripción
En el discurso amoroso nunca hay dos solamente: se habla en presencia de fantasmas, se despliegan palabras en torno a sucesos pasados, el misterio del vocablo presente encierra un sinfín de sucesos velados que se mantienen secretos en el limbo de lenguaje. Pablo Mackenna escudriña en ese limbo y regresa con Cuesta arriba, cuesta abajo libro en el que presenciamos una escritura que nos propone un texto desolador y al mismo tiempo elocuente en el que el encuentro de los amantes supone un fin próximo. Ya Bataille nos hablaba sobre lo lujoso de la muerte en una escena que yacen dos cuerpos: muero en ti y prolongo así mi infinitud, sin ti soy solo un ser finito. En Cuesta arriba, cuesta abajo nuestro hablante desemboca en el cuerpo de la amada con una lengua que es músculo y uso del lenguaje como una localidad donde se celebra con regocijo y lamento su muerte. El texto se convierte así en un lugar donde la palabra vive y mata simultáneamente. Lo mismo el cuerpo de la amada, donde el autor permite la paradoja de que habiten en él sus vocablos ya muertos. Es así como Mackenna construye un bello e inquietante libro en el límite de lo que vive y lo que muere. Sus palabras esquirlas pasan por arriba o pasan por abajo del lector, envolviéndolo, mientras la vida y la poesía continúan, el amor, quizás.