“Walter Benjamin entre filósofos” está atravesado por una contradicción. Pues, si bien sostiene que Benjamin tiene un lugar entre los filósofos, pero sin ser uno de ellos, lo sitúa a la vez al interior de ciertas tradiciones, y lo hace abordar una serie de argumentos filosóficos, haciendo así de él, finalmente, un filósofo, aunque no necesariamente uno de los mejores. Pero Benjamin no muestra interés alguno por un tema que caracteriza parte importante del pensamiento europeo post-nietzscheano: la consumación de la filosofía de Occidente. Una versión de este tema se encuentra en las reflexiones de Heidegger acerca del “fin” de la filosofía; otra, en el análisis, en Derrida, de la “clausura” del logocentrismo. Tales frases ponen en evidencia una contradicción similar, de modo que una respuesta, también similar, y directa, se vuelve inevitable: Destruktion o déconstruction. No obstante, no ser en absoluto ajeno al tema de la destrucción, no es ese el modo como Benjamin se relaciona con la filosofía. Más bien, en sus escritos acompaña a los filósofos, desempeñando un papel similar al de Sancho Panza, con su reserva propia de proverbios desconcertantes. Y lo que dice Kafka sobre Sancho Panza, y que Benjamin cita al final de su ensayo largo sobre Kafka, se aplica también, con modificaciones menores, a su propia presencia entre los filósofos: “Siendo un hombre libre, Sancho Panza siguió serenamente a Don Quijote en sus campañas, quizás por un cierto sentimiento de responsabilidad, y así disfrutó de grandes y útiles entretenciones hasta su fin”.
Walter Benjamin entre filósofos.
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Descripción
“Walter Benjamin entre filósofos” está atravesado por una contradicción. Pues, si bien sostiene que Benjamin tiene un lugar entre los filósofos, pero sin ser uno de ellos, lo sitúa a la vez al interior de ciertas tradiciones, y lo hace abordar una serie de argumentos filosóficos, haciendo así de él, finalmente, un filósofo, aunque no necesariamente uno de los mejores. Pero Benjamin no muestra interés alguno por un tema que caracteriza parte importante del pensamiento europeo post-nietzscheano: la consumación de la filosofía de Occidente. Una versión de este tema se encuentra en las reflexiones de Heidegger acerca del “fin” de la filosofía; otra, en el análisis, en Derrida, de la “clausura” del logocentrismo. Tales frases ponen en evidencia una contradicción similar, de modo que una respuesta, también similar, y directa, se vuelve inevitable: Destruktion o déconstruction. No obstante, no ser en absoluto ajeno al tema de la destrucción, no es ese el modo como Benjamin se relaciona con la filosofía. Más bien, en sus escritos acompaña a los filósofos, desempeñando un papel similar al de Sancho Panza, con su reserva propia de proverbios desconcertantes. Y lo que dice Kafka sobre Sancho Panza, y que Benjamin cita al final de su ensayo largo sobre Kafka, se aplica también, con modificaciones menores, a su propia presencia entre los filósofos: “Siendo un hombre libre, Sancho Panza siguió serenamente a Don Quijote en sus campañas, quizás por un cierto sentimiento de responsabilidad, y así disfrutó de grandes y útiles entretenciones hasta su fin”.