LA AVANZADA INFANTIL

Los libros infantiles, como casi todos los libros, están escritos por adultos, la diferencia está en que, como pocos, se dirigen a todo tipo de personas, a niñas, niños y a grandes, o a quienes buscan, sin temor ni culpa, entretenerse y aprender, sobretodo entretenerse, leyendo. 

Las emociones y los sentimientos son naturalizados, en los libros infantiles, con notable destreza. La tristeza y la calma, la rabia y la alegría, la angustia y la compañía son relatadas, comúnmente, bajo diversas y sorprendentes posibilidades. En los libros infantiles suele no haber verdades sentenciosas, ni ocultas, ni entendidas por sólo unos pocos. Se trata, en gran porcentaje, de historias directas y reiterativas, repletas de humor, repletas de drama. 

Despojada, en buena parte, ya de fábulas o enseñanzas, del deber ser, de la jerarquía en las ideas, la actual literatura infantil le teme, únicamente, a lo aburrido, a lo solemne, a lo adulto, porque su intención no es ser única ni irrepetible, tampoco demostrar inteligencia, sagacidad, forzada reflexión. Sin remordimientos, desea llamar la atención, darse a conocer, iniciar una conversación, pero para ello no vocifera, con gran seguridad (o con gran sutileza), la diferencia entre bien y el mal.

Sus construcciones son muchas, diferentes e inesperadas. Los personajes que protagonizan sus relatos suelen ser seres humanos, monstruos, mamíferos o insectos que, con espontaneidad, habitan en mundos irreales, de todos los colores, de todas las formas, que no miden ni racionalizan sus actos pero donde, sin embargo, prima casi siempre el sentido común. 

No les importa, a los libros infantiles, las discusiones sobre donde comienzan y terminan los géneros literarios, pues en ellos, sin justificaciones teóricas ni afanes académicos, puede convivir la poesía, el cuento, la novela gráfica y todas las categorías o subcategorías existentes. Son los únicos, sin aburrirnos, que podemos leer decenas, incluso cientos de veces. Poco importan sus autoras o autores. En los libros infantiles el contenido son las imágenes y las imágenes son el contenido. 

Como todavía no podemos (no queremos) evaluarlos, catalogarlos, someterlos a sofisticadas nomenclaturas, los libros infantiles son, de lejos, el lugar de experimentación en la actual literatura. Y no porque un libro, en particular, sea mejor que otro, o más capaz, o más interesante, sino por la inmensa capacidad que hay en ellos (en sus relatos y en sus símbolos) de echar a volar nuestra imaginación. 

  1. Niebla, Micaela Chirif/Carmen Cardemil, Amanuta

La niebla y el miedo arrastran a una niña, en medio de un sueño o una pesadilla, a lugares oscuros, tan siniestros como seductores. 

  1. Libro sobre los defectos de los demás, Chu-li Chen, Mediavaca

Seis relatos sobre seis personajes (presentados en poesía y desarrollados en gráfica) donde, solo en la imaginación del lector, ocurren los cruces entre estas seis vidas.

  1. Un mundo raro, María José Ferrada, Libros del Cardo

En sus juegos, cuatro niñas y dos niños imaginan, a veces individual y otras colectivamente, mundos nada de raros, sino acogedores, reconfortantes.

  1. A mover los pies, Didi Grau/Natalia Colombo, Pehuén

Relatada en rima y protagonizada por insectos caseros, una orquesta se presenta, en partes y en su conjunto, sugiriendo un constante ir y venir en su trama.

  1. El árbol de la memoria, Britta Teckentrup, Hueders

La armonía presente en el bosque y en la naturaleza. La vida desde otras dimensiones. La muerte, relatada con naturalidad y sin rodeos. 

  1. Un color bellísimo, Marco Scalcione, Una casa de cartón

Los colores como representaciones étnicas, culturales, idiomáticas o imaginarias. Una aproximación (o una celebración) a la diferencia, a la otredad.

  1. Donde viven los monstruos, Maurice Sendak, kalandraka

El tiempo no es tiempo en la imaginación de un niño, que ante la reprimenda adulta, surca un mágico océano hasta llegar al lugar donde viven los monstruos, sus propios e íntimos monstruos.

  1. El mundo es redondo, Gertrude Stein/Verónica Zondek, Bisturí 10

El canto, para una niña, es más que un canto: es su manera de ser, de relacionarse con los demás. Solo así el mundo es redondo, armonioso. 

  1. El último vuelo, Mariel Sanhueza, Muñeca de trapo

En el lecho de su muerte, una abeja anciana recibe el cuidado de una niña, quien conociendo el patio y sus ciclos vitales, intenta brindarle un último momento de paz.

  1. La ciudad de los animales, Joan Negrescolor, Grafito

No son seres humanos, sino animales, árboles y plantas silvestres que habitan en una gran ciudad abandonada, donde arremeten, llenos de vida, fuertes y llamativos colores.

Por Diego Corvera, Librero del Gato Caulle